Un íntimo secreto.

Publicado en por Super Bitch.

Desde hacía muchísimo tiempo no escribía en este blog, así que creo que es un buen momento para actualizar al mundo. Hoy ha sido un día bastante caluroso excepcional-mente para mí, puesto que he vivido uno de los momentos más incómodos de mi vida, incluso más incómodo que aquellas veces en las que aún no definía mi sexualidad y las personas me preguntaban si era gay, o aquella ocasión en la que en una consulta médica me preguntaron, con mi madre a mi lado, si ya había comenzado mi vida sexual; la situación de hoy fue muy similar a la última que mencioné, sólo que esta vez fui yo quien hizo la pregunta: "¿Doc, acaso soy precoz?" Nunca, jamás, en mi vida me había sentido tan incómodo como me sentí realizando esa pregunta, pero definitivamente no tenía más opción. Considero que la persona más indicada con la cual hablar sobre temas de ese tipo es un médico. La idea de preguntar eso llevaba días rondando mi cabeza, pues no es nada agradable tener que pensar e incluso aceptar que algo no anda bien con tu cuerpo, especialmente si es esa parte específica de tu cuerpo. A decir verdad, ese tema me afecta bastante: digo, soy feo, y para completar, ¡¿PRECOZ?! Creo que no es justo conmigo. 

Ese tema nunca lo había tocado con nadie, me avergüenza mucho en realidad, ni siquiera con mi madre, que sabe casi todo sobre mí, o con Laura, que me conoce casi a la perfección; pero no tengo los pantalones para hablar de sobre eso con ninguna de ellas. Si tú, que estás leyendo este ridículo "artículo", has ya leído otros más ridículos "artículos", podrás haber notado que tengo inclinaciones suicidas; en efecto, ese tema me ha llevado a tener muchos más pensamientos suicidas que cualquier otro. Sé que probablemente ser precoz no sea la gran cosa, no es como que tenga una enfermedad terminal, pero teniendo en cuenta mis serios problemas de autoestima, en mi caso vivir esa situación no mejora mucho las cosas. Lo peor, es que el médico no me formuló ningún fármaco, me ordenó, en cambio, a abstenerme de la masturbación, la única fuente de placer que puedo utilizar en esta época de verano eterno. De todas formas, no es que utilice muy a menudo mi "palanca" (incluso el médico dijo que esa podría ser una de las razones por las cuales presento tal síntoma), pero tal vez, por alguna casualidad, algún chico llamado Matías, u otro llamado Daniel, quieran "colaborar con la causa", y no quiero que esa ayuda dure tan solo 20 minutos por mi culpa. Como quien dice "el muchacho no se ayuda, ni se deja ayudar".

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